Cuando crecemos tenemos que ir tomando decisiones para comenzar a formar nuestro futuro, algunas personas deciden estudiar abogacía, medicina, arte, ingeniería, psicología etc., carreras muy interesantes.
Pero cuando tuvimos que tomar esa decisión decidimos ser maestras.
¿Que linda carrera no? Una carrera en la que uno se dedica al cuidado y a enseñar a un grupo de niños que recién comienzan a descubrir y conocer la vida, el mundo.
Pero cuando tuvimos que tomar esa decisión decidimos ser maestras.
¿Que linda carrera no? Una carrera en la que uno se dedica al cuidado y a enseñar a un grupo de niños que recién comienzan a descubrir y conocer la vida, el mundo.
Llegar al colegio y ver una carita de una personita tan pura e inocente es algo verdaderamente increíble; es también increíble cómo pueden llenarnos el alma con sus cosas, sus peleas, llantos, risas, conversaciones, juegos, imitaciones, gestos.
A veces uno pasa por momentos de alegría y también tristeza, pero descubrimos, que ellos pueden transformar esos días tristes en días de felicidad; experimentar en un fuerte abrazo como tu alma se llena de paz, es algo que no puedo explicar, como se trasmite esa pureza, esa dulzura, esa fuerza que solo ellos tienen.
Gracias por confiar en nosotras y en nuestro cole, el Patronato San José, el regalo más importante, sus hijos e hijas.
Gracias por dejar que podamos dar todo lo que tenemos a ellos.
Gracias por todas las demostraciones de confianza que recibimos y gracias por formar parte de nuestras vidas.
Gracias por dejar que podamos dar todo lo que tenemos a ellos.
Gracias por todas las demostraciones de confianza que recibimos y gracias por formar parte de nuestras vidas.
Somos el árbol y vosotros la semilla
germinando para ser otro árbol.
No queremos haceros crecer a nuestra manera,
sólo queremos ayudaros a sumergiros
profundamente en la tierra de la
vida y luego crecer juntos
como árboles del mismo jardín.
germinando para ser otro árbol.
No queremos haceros crecer a nuestra manera,
sólo queremos ayudaros a sumergiros
profundamente en la tierra de la
vida y luego crecer juntos
como árboles del mismo jardín.