Muchas gracias a
Mónica, la mamá de Annabella, que fue la encargada de que nuestros peques se
convirtieran en pequeños reposteros.
La infancia es tiempo de inocencia. Son peldaños muy altos y huellas de pisadas muy pequeñitas. Es un mágico lugar de sueños donde todo es posible y lo mejor está justamente empezando. La infancia es para explorar... es para remar... y llegar... y tocar ... y ver ... y gustar... y oír... y aprender... pero, sobre todo, para crecer.
14 de diciembre de 2016
8 de diciembre de 2016
Visita al Acuario
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