Tenemos que desear fuertemente el utilizar todos los medios razonables y nunca recurrir a la violencia.
Por eso le pedimos a Dios su ayuda y su fuerza para crecer y educarnos como gente de buen corazón que quiere el amor y la paz.
La infancia es tiempo de inocencia. Son peldaños muy altos y huellas de pisadas muy pequeñitas. Es un mágico lugar de sueños donde todo es posible y lo mejor está justamente empezando. La infancia es para explorar... es para remar... y llegar... y tocar ... y ver ... y gustar... y oír... y aprender... pero, sobre todo, para crecer.
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