La infancia es tiempo
de inocencia.
Son peldaños muy altos
y huellas de pisadas muy pequeñitas.
Es un mágico lugar de sueños
donde todo es posible
y lo mejor está justamente empezando.
La infancia es para explorar...
es para remar... y llegar...
y tocar ... y ver ...
y gustar... y oír...
y aprender...
pero, sobre todo, para crecer.
Una nueva aventura nos esperaba en el mes de Mayo.
¡¡Nos llevaron a la piscina!!
Fuimos todos los viernes a nadar al Real Grupo de Cultura Covadonga , donde con ganas, alegría y sobre todo mucha valentía nos pusimos los manguitos y a nadar como los patitos.
Los ciclos de Infantil y Primaria, quisimos dedicar el día 18 de Mayo, en la Quinta San Eutiquio, a nuestra Madre María, en el que todos, alumnos/as, profesores y familias que nos quisieron acompañar, pasamos una jornada de convivencia.
Todos los allí presentes, portábamos una flor para María.
El pasado 4 de Mayo, los niños y niñas de 3º de E. Infantil, acompañados de nuestras profes, nos pusimos en camino para llegarcuanto antes, a la Granja – Escuela de Conlleu en Colunga.
Fue un día extraordinario, en el que disfrutamos muchísimo y el tiempo nos acompañó durante toda la Jornada.
Nada más llegar nos dividieron en grupos, para realizar los diferentes talleres.
En nuestra estancia en la granja, nos pudimos acercar a muchísimos animales: vacas, cabras, patitos, cerdos, conejos, gallos, gallinas, pollitos, cobayas, ovejas, caballos, cerdos vietnamitas, ponys…
Y ¡cómono! el burrito Pepe que nos estaba esperando para que le diéramos un trozo de pan.
En el taller de repostería hicimosbizcochitos granjeros: rellenos de mermelada, con coco y zumo de limón.
Hicimos un taller de barro, en el que pudimos moldear un precioso osito, que llevamos a casa como un llavero, nos quedó precioso.
Llegó la hora de la comida. Después de una mañana granjera, tuvimos que reponer fuerzas y comer los suculentos manjares que nuestras familias nos habían preparado.
Estábamos nerviosos, ya que nuestras profes nos habían dicho que si comíamos bien, nos podríamos montar en el pony.
Fue un momento que estábamos esperando desde que llegamos a la granja.
Y ya para concluir la tarde, fuimos a dar de comer a las ovejas. ¡Menudo momento! Lo pasamos genial.
Nos habían dicho que el que cogiera una oveja, se la llevaría para casa… así que nos pusimos a correr detrás de ellas, para poder llevarnos ese regalo. Al final conseguimos coger una de las muchas que allí había… todos emocionados, nos dirigimos a nuestras profes para hacer constancia de semejante logro, pero… ¡se habían olvidado de decirnos que la oveja tenía que ser negra, no blanca!, así que la tuvimos que dejar marchar…
Y aquí os dejamos constancia, de lo que vivimos en ese momento.
Antes de dar por concluida nuestra estancia en la granja escuela, nuestros monitores nos dejaron saltar y revolcarnos en la paja… ¡qué bien nos lo pasamos!.
Y como todo lo bueno se acaba, llegó el momento de la despedida… pero nos queda el recuerdo de un día extraordinario.
Los niños y niñas de 3 años de la clase de la Srta. Montse, visitaron el pasado martes, día 8, el Museo Nicanor Piñole, para conocer la vida del artista y participar en el taller “Bodegoncitos” donde, se les enseñó lo que es un bodegón, una obra de arte, que representa objetos inanimados, extraídos de la vida cotidiana que pueden ser naturales (animales, frutas, flores, comida, plantas, rocas o conchas) o hechos por el hombre (utensilios de cocina, de mesa o de casa…)De este modo se intentóacercar a los más pequeños a la idea de composición, forma y color.
A continuación cada uno realizó el suyo propio usando materiales como una bandeja de cartón y plastilina.
Fue una experiencia completamente novedosa para ellos y lo pasaron muy bien.
Cierto día, una mujer llamada Ana fue a renovar su licencia de conducir. Cuando le preguntaron cuál era su profesión, ella dudó... no sabía bien cómo llamarla... El funcionario insistió: “lo que le pregunto es si tiene un trabajo”... “claro que tengo un trabajo", exclamó Ana... "Soy madre." "Nosotros no consideramos eso un trabajo. Voy a poner que es ama de casa", dice el funcionario, fríamente.
Una amiga suya, llamada Marta supo de lo ocurrido y quedó pensando al respecto, por algún tiempo. Un día, ella se encontró en idéntica situación. La persona que la atendió era una funcionaria de carrera, segura y eficiente. El formulario parecía enorme e interminable. La primera pregunta fue: “¿cuál es su ocupación?" Marta pensó un momento y, sin saber bien cómo, respondió: "soy doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas”
La funcionaria hizo una pausa... y Marta debió repetir lentamente, enfatizando las palabras más significativas. Luego de anotar todo, la joven quiso indagar: "¿puedo preguntar, qué es lo que hace exactamente?"
Sin la menor duda, con mucha calma, Marta respondió: “desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de casa." Pensando en su familia, ella continuó: "soy responsable de un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva, el grado de exigencia es de 14 horas por día, a veces... hasta 24 horas."
A medida que iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó un creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria, que finalizó el formulario sin hacerle más preguntas. Cuando regresó a su casa, Marta fue recibida por su equipo: una niña de 13 años, un niño de 7 y otro de 3... "Mamá,¿dónde están mis zapatos?...mamá, me ayudas con la tarea?... mamá, el bebé no deja de llorar... mamá, me buscas a la salida de la escuela?... mamá, ¿irás a verme bailar?... mamá, ¿me compras...?... mamá..."
Subiendo la escalera, al piso superior de la casa, pudo oír a su más nuevo proyecto... un bebé de seis meses, ensayando un nuevo tono de voz.
Feliz, Marta tomó el bebé en brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus muchas responsabilidades... y horas interminables de dedicación...
Sentada en su cama, Marta pensó: "si ella era doctora en desenvolvimiento infantil y relaciones humanas... ¿qué serían las abuelas?” Y luego descubrió un título para ellas: doctoras-sénior en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas.
En un mundo en el que se da tanta importancia a los títulos, en que se exige siempre mayor especialización en el área profesional...Conviértase como todas las mamás en una especialista en el arte de amar. ¿Puede haber algo más importante?